(por Jorge Fernández Granados, vía Letras Libres)
LAGARTO: Camina como un dragón caído que fue despojado del fuego y de las alas. Sobreviviente de una raza de gigantes, hoy luce el agazapado apetito de la demora, el lento, hastiado zigzaguear de un pesimista. Es una piedra en el centro del desierto. Hay otro tiempo detrás de sus ojos (ágata). Sólo parece esperar la noche de un interminable crepúsculo.
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