Si estuviera tipificado el delito de la negligencia editorial, sin duda Ramón Gómez de la Serna sería una de las principales victimas, ya que nuestro autor sufre uno de los olvidos más clamorosos de las letras españolas. De su ingente cantidad de títulos, apenas una quincena se encuentran accesibles con facilidad. Esta antología, ya antigua, viene a paliar algo esta tremenda anomalía. Puede ser que Gómez de la Serna sea un intelecto demasiado libre, moderno e independiente para estos tiempos infantiles, y que sus libros, llenos de inteligencia y humor a raudales, sean demasiado extraños al lector medio actual, demasiado habituado a sentimentalismos y dramas prefabricados.
Nuestro autor escribió unos setecientos textos breves narrativos a lo largo de su larga carrera de escritor. Esta selección está compuesta por doscientos piezas que han sido tomadas de los siguientes títulos: Greguerías, Nuevos caprichos, Libro nuevo, Disparates, Variaciones, Ramonismo, Otras cosas, Gollerías, Otras fantasmagorías y Caprichos. El editor y autor de una excelente introducción, Luis López Molina, destaca los temas y procedimientos recurrentes en estos microrrelatos, como son el humor, la fantasía, el erotismo, la muerte y el protagonismo de los objetos. Como se ve, temas que siguen siendo la columna vertebral del género de la ficción breve.
Sueño del violinista
Siempre había sido el sueño del gran violinista tocar debajo del agua para que se oyese arriba, creando los nenúfares musicales.
En el jardín abandonado y silente y sobre las aguas verdes, como una sombra en el agua, se oyeron unos compases de algo muy melancólico que se podía haber llamado “La alegría de morir”, y después de un último glu-glu salió flotando el violín como un barco de los niños que comenzó a bogar desorientado.Las negruras de Rembrandt
Ha aparecido un experto en Rembrandt que ha penetrado en el secreto de sus fondos oscuros.
En esa afición al contraste con el negro en sus grandes cuadros había algo más que una propensión al claroscuro.
Se han encontrado en esas negruras del artista misterios de su pasión, sombras agazapadas de sus sueños, un fondo de aguafuerte de sus miedos.
En esa bituminosa y abrumadora recámara de sus cuadros estaba vibrando en la luz negra el destino de sus personajes y del mismo pintor.
En su «Lección de anatomía» se asoman la muerte y su estado mayor sobre las personas que componen el cuadro, amparado el macabro grupo por el cortinado de negruras que paramenta el fondo.
Pues bien, para mí hay un antes y un después en mi visión de la minificción tras lectura de esta impagable antología ramoniana; no encontramos textos de un género en estado germinal, sino ya en plena efervescencia y perfección, con multitud de ejemplos memorables. Incluso los más flojos, en su intrascendencia juguetona, prefiguran mucha de la minificción contemporánea.
Por todo lo dicho, considero que Disparates y otros caprichos es una antología fundamental para los aficionados a la ficción breve y de ese genio de la literatura española que fue Ramón Gómez de la Serna. Imprescindible.
Puntuación: 5 (de 5)
Editorial Menoscuarto (2005)
Introducción: Luis López Molina
Colección: Reloj de arena, 6
272 págs.
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El conjunto de libros de Gómez de la Serna “iniciadores de géneros nuevos” incluye más de dos mil textos. Los narrativos, un tercio del total, anticipan lo que dará en llamarse relato breve o brevísimo, un género o subgénero hoy en alza. Ramón, siempre orgulloso de adelantarse a otros artistas, resulta también pionero en cuanto cultivador de esas formas narrativas condensadas al máximo. Confiamos en que la presente antología, elaborada a partir de los libros constitutivos del “ramonismo misceláneo” y en la que hemos dado preferencia a la brevedad y a la pluralidad temática, estimule en el lector el deseo de conocer íntegramente esta faceta del escritor. (Sinopsis de la editorial)
Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888 -Buenos Aires, 1963). Es, por la amplitud, complejidad y alcance innovador de su obra, una figura capital de la literatura española del siglo XX. Conocido sobre todo por sus greguerías fue, sin embargo, un verdadero escritor “total”, cultivador del teatro (Teatro en soledad, Los medios seres), la novela (El incongruente, El novelista, El hombre perdido), el relato corto, la biografía (de escritores y pintores sobre todo), la autobiografía (Automoribundia), una forma peculiar de ensayo (Ismos) y visiones de ciudades (Madrid, Buenos Aires, París). Es autor además de toda una serie de libros, a los que consideraba “iniciadores de géneros nuevos”, en ocasiones misceláneos (Caprichos, Disparates, Ramonismo, Gollerías) y otras veces compuestos por textos heterogéneos pero agrupables en torno a un motivo común (El rastro, Senos, El circo). Su esfuerzo creativo, mantenido sin desmayo a lo largo de toda la vida, se encaminó al logro de una escritura en libertad, vinculada a la vida y por eso efímera y cambiante, y sincronizada con el resto de las literaturas europeas.