Para el lector medio —que no para los muy aficionados a la poesía— Sofía Rhei es conocida especialmente por sus literatura infantil y por su excelente novela Róndola, en la que incursiona con éxito en el género la fantasía para adultos. Con El Bosque Profundo continúa en ese mundo de fantasía adulta pero lo hace través de la microficción en un volumen que no debería pasar inadvertido, además para los seguidores de Rhei y la Fantasy, para cualquier lector de microrrelatos y de literatura imaginativa.
El Bosque Profundo es una amplísima colección de historias (sobre los trescientos textos) ambientadas en difusas geografías y tiempos míticos que nos sumergen de lleno en el brumoso universo de los cuentos de hadas y las leyendas tradicionales, pero con el toque de modernidad y de refinada crueldad que otorga la minificción contemporánea. Por si fuera poco, Sofía Rhei exhibe una imaginación realmente portentosa y una escritura condensada y depurada al máximo, de un gran aliento poético y belleza.
Los dos guerreros levantaron sus espadas, amenazantes. Entonces uno de ellos pronunció una sola palabra, y esa palabra hirió al otro de muerte.
***
Cuando todos los demás se hubieron ido, agotados tras el largo día de trabajo, el monje que dibujaba las letras capitales apoyó su dedo en el manuscrito y permitió que treparan por su dedo y le lamerán la piel y los ojos las criaturas que durante el día se escondían en las iluminaciones.
***
—De haberlo sabido, no habría muerto —le respondió el fantasma.
Y el que había sido su amado lloró como nunca había sido capaz de hacer en vida.
La obra se divide en cinco secciones (Senderos, Fuentes, Umbrales, Hogares y Árboles) cada una de ellas de catorce capítulos (excepto Senderos, con veintidós) que contienen normalmente cuatro historias autónomas. Cada capítulo viene encabezado por una seductora ilustración de Anna Ribot a modo de naipe o arcano de un tarot mágico. Príncipes, princesas, reyes, reinas, hadas, brujas, hechiceros, niños, ancianas, árboles, animales, flores… pueblan estas delicadas historias, donde la constante presencia de la muerte, la vejez, los deseos, la maternidad y el destino le otorgan un carácter fabulístico de gran profundidad. Es tal la torrencial imaginación de la autora, que yo recomendaría leer estos textos poco a poco para no perderse ningún detalle de estos cuentos en miniatura.
Hay que decir que todo hace de El Bosque Profundo un objeto precioso: la cubierta, la maquetación, la tipografía, las ilustraciones, todo contribuye a la belleza de este libro. Sólo espera un lector que se deje llevar por la magia de estas historias. En definitiva, un gran título de Sofía Rhei, de la que esperemos que no abandone esta interesante senda literaria.
Puntuación: 4 (de 5)
Arista Martínez (2018)
Ilustraciones: Anna Ribot
Prólogo: José Carlos Somoza
176 págs.
Ver y Comprar este libro en Amazon: https://amzn.to/39uTmgF
Espejos turbios, engañosos fuegos fatuos, alas que brotan como castigo, llaves que cierran cuerpos, fuentes que engañan con su lumbre, niñas de espinas, deseos cumplidos que llevan a la muerte, gente que no es humana y humanos que no son exactamente gente… Todo tiene cabida en el Bosque Profundo, lugar acaso infinito habitado por todo aquello que vive dentro de nosotros sin que queramos saberlo, y donde no hay nada más aterrador que un “por siempre jamás”.
Breves relatos oscuros, con un aleteo inquietante, tupidos como la maleza fértil que se retuerce en zarcillos, húmedos como el musgo en que habita el rocío. Fábulas sobre el temblor de la intuición y sobre las pulsiones, culpas y deseos de los que apenas somos conscientes. Tarot de intenciones torcidas, de deseos mortales. Híbridos entre lo poético y lo macabro, estos fragmentos de historias perdidas reptan entre unas páginas que se convierten en bosque negro como la tinta. Cuidado al adentrarse por sus inciertos senderos, en los que cada lector se mirará de frente con todo aquello que teme de sí mismo. (Sinopsis de la editorial)
Sofía Rhei (Madrid, 1978) es escritora, con más de treinta títulos publicados. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, portugués, gallego, italiano, japonés, ucraniano y esloveno. Su presencia es habitual en festivales y convenciones de literatura de género fantástico.
Ha publicado los libros de poesía Las flores de alcohol (La bella Varsovia, 2005), Química (El gaviero, 2008), Otra explicación para el temblor de las hojas (Premio Zaidín de Poesía Javier Egea. Ayuntamiento de Granada, 2007), Alicia Volátil (Cangrejo Pistolero, 2010), Bestiario microscópico (Sportula, 2012), así como el libro de poesía infantil Adivinanzas con beso para las buenas noches (Alfaguara, 2014). En narrativa, las novelas juveniles de fantasía Flores de sombra (Alfaguara, 2011) y su secuela Savia Negra; numerosos libros infantiles, entre los que destacan El pícaro Nasrudin (Loqueleo, 2016), Cuentos y leyendas de objetos mágicos (Anaya, 2011), La Calle Andersen (coescrito con Marian Womack. La Galera, 2014) y Cómo tener ideas (Narval, 2016); las series infantiles Krippys (Montena), El joven Moriarty (libro traducido a varios idiomas y merecedor de la mención del Banco del Libro de Venezuela. Fábulas de Albión, 2013-2015) y Los hermanos Mozart (Diquesí Ediciones). Ha recibido el galardón “Spirit Of Dedication 2016” de la European Science Fiction Society por su obra infantil. Sus novelas para adultos son Róndola (Premio Celsius en la categoría de Mejor Novela de Ciencia Ficción y Fantasía. Minotauro, 2016) y Espérame en la última página (Plaza y Janés, 2017).