{Reseña} Álvaro Cunqueiro: El Camino de Santiago (Alvarellos)

61T132mA51L._SL1050_

Pocos fenómenos históricos y culturales españoles y europeos son comparables al Camino de Santiago, esto es, a la ruta de peregrinación cristiana de origen medieval que partiendo de diferentes lugares de Europa se dirige a la tumba de Santiago el Mayor, situada en la catedral compostelana.​ Álvaro Cunqueiro, que tuvo a la peregrinación jacobea como uno de sus eternos temas de interés, escribió en 1965 El Camino de Santiago, una pequeña guía que fue lanzada por el periódico Faro de Vigo. Inexplicablemente, esa obra no se había vuelto a publicar hasta que la editorial Alvarellos, que ya cuenta con dos recopilaciones de artículos inéditos de Cunqueiro en su colección Rescate, acaba de recuperarla para los lectores actuales. Curiosamente, Gonzalo Torrente Ballester, que publicó en 1948 un libro que comparte tema con el de Cunqueiro, Compostela y su ángel, también tuvo que esperar treinta y seis años para ver una segunda edición del mismo.

Como he señalado, la presencia de la Ruta Jacobea en la obra cunqueiriana es constante («Una de las mayores potencias espirituales que conocieron los siglos cristianos»). Por ejemplo, Por el camino de la peregrinaciones, dentro de El pasajero en Galicia, recoge la crónica de un viaje entre Piedrafita y Santiago realizado por Cunqueiro en 1962. También solía escribir Cunqueiro cada 25 de julio (Festividad de Santiago) un artículo de tema jacobeo para Faro de Vigo. Los ejemplos son incontables. Ese amor por el Camino era inevitable: el mundo medieval, mágico, religioso, milagrero, ingenuo, propio de los siglos de las grandes peregrinaciones, constituye la materia prima y el universo espiritual de la literatura del escritor de Mondoñedo. Nadie mejor que él, por consiguiente, para escribir una guía natural y espiritual del Camino.

Esta edición de Alvarellos de El Camino de Santiago está precedida por un prólogo de su hijo César quien dijo que su padre fue «el último peregrino medieval» y una amplia e informativa introducción de María Xesús Nogueira, profesora de la Universidad de Santiago. Se incorporan bastantes notas a pie de página, necesarias para conocer algunos hechos y personajes recordados por Cunqueiro. También se incluyen algunas fotografías actuales que sustituyen a las numerosísimas que acompañaban al texto en su primera edición.

Siendo obispo de Iria el siervo de Dios Teodomiro, fue descubierto el cuerpo del apóstol Santiago y de sus discípulos Teodoro y Atanasio. Ahora sabemos, por la lauda sepulcral hallada en las excavaciones realizadas en la basílica compostelana, que Teodomiro murió el veinte de octubre del año ochocientos cuarenta y siete. Según Do Turpín, arzobispo de Reims, el primer visitante del sepulcro sería don Carlomagno. Pero fue Alfonso II el Casto, el rey de Oviedo, educado en las soledades del cenobio de Samos y endurecido para las batallasen las altas cumbres del Courel, el primer notorio peregrinante. Se arrodilló ante los huesos, que todavía daban la luz de la Invención, y fue él quien fundó el primer santuario, pequeña obra. En breves años, alrededor del sepulcro apostólico, nace una ciudad, con cerca, fuentes, posadas. Nace Compostela, la «bien compuesta». Misteriosamente, la noticia de la Invención corre como el viento. Si creemos a los «Miragres de Santiago», siendo todavía obispo Teodomiro, llega a Compostela un peregrino de nación italiana, en penitencia por haber cometido un crimen. Es, acaso, el primer saco de grandes pecados que alguien posa donde va a ser la puerta de las grandes perdonanzas. […]

Dada la naturaleza del encargo, Cunqueiro se contiene un poco en sus habituales divagaciones fabuladoras, lo suficiente para que el ensayo no pierda su carácter de guía turística. Además, sería imposible recoger en tan pocas páginas todo el acervo de historias y leyendas que han configurado el Camino de Santiago a lo largo de los siglos (para eso hay una infinidad de libros especializados). Dicho esto, El Camino de Santiago es una obra cunqueiriana por los cuatro costados, donde la geografía y la historia están entrelazadas con la imaginación y el lirismo. Quizás a los lectores naturales de las comarcas por las que transcurre el Camino les resulten excesivamente someros los comentarios que realiza Cunqueiro; el resto, que somos la inmensa mayoría, podemos aprender bastante sobre la Ruta jacobea, al tiempo que disfrutamos de otro excelente libro del escritor gallego.

El libro comienza con el «descubrimiento» de la tumba del Apóstol. Según la leyenda, en el año 813 un ermitaño llamado Pelayo vio una estrella posada en el bosque Libredón. Se lo comunicó a Teodomiro, obispo de Iria Flavia y descubrieron el sepulcro del Apóstol Santiago y de sus discípulos Teodoro y Atanasio. Teodomiro comunicó el hallazgo al rey Alfonso II de Asturias, que acudió desde Oviedo para visitar el lugar. Después el autor nos guía desde Francia a través de las dos entradas habituales a la Península: Somport-Jaca y Roncesvalles-Pamplona (ambos se unen en Puente la Reina). Luego la ruta prosigue por Logroño, Santo Domingo, Burgos, Castrojeriz, Sahagún, León, Astorga, Ponferrada, Sarria, Mellid (Melide), Arzúa y, finalmente, Santiago. Cunqueiro repasa los ríos, puentes, iglesias, monasterios, caminos, fortalezas, hospitales, albergues antes del boom turístico, obviamente que iba encontrando el viajero en su peregrinaje.

Después de tan largo recorrido el peregrino llega a Compostela («El viaje soñado ha alcanzado su meta. El peregrino ha llegado a la Jerusalén de Occidente»). Cunqueiro nos acompaña por la Catedral y la ciudad antigua, por sus plazas, iglesias y calles. Después sigue hasta el final habitual del trayecto: Padrón y Finisterre. En el último capítulo, nuestro autor recuerda algunos de los peregrinos y protagonistas que en los grandes siglos estuvieron o eso dice la leyenda en Compostela. La lista es casi interminable: el obispo Diego Gelmírez y el Maestro Mateo (impulsor de la construcción de la Catedral y artista principal, respectivamente), Alfonso II el Casto, Alfonso III el Magno, Santo Domingo de la Calzada, los Reyes Católicos, Carlos I, Felipe II, El Cid, San Francisco de Asís, Raimundo Lulio,…

Acostumbraba a decir Álvaro Cunqueiro que él era «católico, apostólico, romano y compostelano». Hagamos caso al maestro y seamos nosotros también compostelanos, al menos en espíritu.

Alvarellos Editora (2024)
Introducción: María Xesús Nogueira | Prólogo: César Cunqueiro
Colección: Rescate, 29
140 págs.

#publi Ver y Comprar este libro en Amazon: El Camino de Santiago

Ver y Comprar este libro en Alvarellos: https://alvarelloseditora.gal/es/libro/el-camino-de-santiago-el-libro-olvidado-de-1965/

64b7a461672aa

Alvarellos Editora rescata un libro olvidado del gran Álvaro Cunqueiro: El Camino de Santiago. Publicado en 1965 y nunca más vuelto a editar hasta ahora. Un cuidado volumen en el que colabora el hijo del autor, César Cunqueiro, y la especialista María Xesús Nogueira.

Cunqueiro es todo un placer para los sentidos. Y si además es una guía del Camino de Santiago, tan especial, tan personal, tan llena de «sombras apasionantes» y de «nombres gigantes», como esta, el resultado es toda una experiencia lectora… y viajera. (Sinopsis de la editorial)

fotografia-escritor-alvaro-cunqueiro_98

Álvaro Cunqueiro (Mondoñedo, 1911- Vigo, 1981) ejerció en gallego y en castellano el periodismo y las artes literarias en sus más variadas formas y fue, sin duda, uno de los mejores cultivadores del realismo fantástico en España. Su primera poesía combina elementos vanguardistas con otros afines a la llamada «poesía pura» y el neopopularismo vinculado, en su caso, a la tradición trovadoresca galaico-portuguesa del Medievo. La pluma de Cunqueiro es siempre igual a sí misma, lo que hace de él un escritor sin género. Su obra en prosa en muy extensa y en ella destacan títulos como Merlín e familiaCrónicas del Sochantre, Un hombre que se parecía a Orestes (Premio Nadal 1968), Si o vello Sinbad volvese ás illas, Vida y fugas de Fanto Fantini della GherardescaTertulia de boticas prodigiosas y Escuela de curanderosFábulas y leyendas de la mar y El pasajero en Galicia, entre otras.

Deja un comentario