{Reseña} Fernando Pessoa: El mendigo y otros cuentos (Acantilado)

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Hace tiempo algunos lectores despistados creíamos que la obra importante en prosa de Fernando Pessoa se limitaba a poco más que el Libro del desasosiego. Sin embargo, el autor lisboeta dejó una cantidad apreciable de relatos, cuentos y textos prosísticos de difícil clasificación que van siendo recuperados por algunas editoriales y que nos van sacando de ese error gigantesco. En este caso es Editorial Acantilado quien continúa con la publicación de diversas obras de este escritor portugués absolutamente personal e imprescindible. El mendigo y otros cuentos es una breve colección de doce piezas cortas (algunas inéditas) en edición de Ana María Freitas, investigadora del Instituto de Estudos sobre o Modernismo, de la Universidade Nova de Lisboa, que es también la autora de una introducción que es, dada la naturaleza de los textos, necesaria para la correcta ubicación de éstos en el conjunto de la obra de Pessoa.

Pessoa, en una vida dedicada enteramente a la escritura, dejó miles de folios escritos y archivados en varios baúles que hoy están custodiados en la Biblioteca Nacional de Portugal. Toda esta obra quedó manuscrita, sin corregir y sin revisar, por lo que su edición actual resulta trabajosa, casi detectivesca y difícilmente será definitiva.

Escribe Carlos Taibo en su ensayo sobre Pessoa Como si no piase el suelo: «Pessoa parecía consciente de que muchos de sus textos eran producto del delirio y, de resultas, tenían difícil lectura y un interés literario más bien escaso». Y efectivamente, como el resto de sus relatos, apenas hay acción en este libro; son narraciones netamente especulativas y las únicas peripecias, de haberlas, son de ideas y conceptos (en este aspecto no son de lectura fácil). Eso sí, estos relatos presentan una escritura absolutamente moderna y multifacética, así como buenas dosis de ironía, a buen seguro de difícil digestión para sus contemporáneos. Son cuentos oscuros en el fondo —aunque claros en la forma—, ciertamente difíciles, algo esotéricos y crueles.

—¿Es usted artista? ¿Pintor? ¿Poeta?

—No; soy simplemente un hombre atónito.

Alcé la cabeza y lo miré sin responderle.

—Para mí—continuó—, el hecho esencial y pasmoso de las cosas es que éstas existan realmente. El hecho de que cualquier cosa exista es milagroso. El otro hecho milagroso es que yo esté aquí, consciente de que existen. Gozo este horror con todas las formas de mi alma. Sé muy bien que ni las cosas son lo que parecen, ni yo soy lo que siento que soy. La naturaleza se trasciende a sí misma. Yo soy mucho más de lo que soy. Si esto le parece una paradoja, es culpa del Universo, que es paradójico. La naturaleza es espíritu, porque es una idea mía. Pero es una idea mía de una realidad de que esa idea es una idea. Por veloz que sea la vista, sólo ve el lado de la realidad que está creado para ella. »Para mí, la Naturaleza es alma. La aurora, la tarde, la noche…, el propio día…, para mí son fenómenos espirituales. Los veo como cosas mías. Si en mi percepción parcial la naturaleza es tan bella, ¿cómo será en su solidez espiritual? »Cada hora es para mí una revelación. Cada minuto doy gracias a Dios por tener ese minuto para mí.

*

—El horror y la belleza del mundo. Me asombro ingenuamente de que la naturaleza sea la misma siempre, y siempre tan diversa. Nada en ella me hastía. Sólo el placer de calentarme las manos a la lumbre de la vida consuela mis modestos deseos, y no olvido que ahí fuera, en la noche infinita, el viento del misterio estremece la sola idea de sentirlo.

»La naturaleza es mi hermana en Dios. Percibo sus gracias como las de una hermana pequeña. Porque soy espíritu y, por esto, más viejo que aquélla. Lo que hay de esencial en mí ya existía antes del sol y presenció la aparición de las estrellas (y la primeva edad no debe respetos a éstas).

[…] («El mendigo»)

Volviendo a esta selección, encontramos gran variedad de temas: fábulas, paradojas filosóficas, argumentos esotéricos y extraños diálogos con personajes no menos extraños. Por ejemplo, el texto En un bar de Londres es un diálogo filosófico —totalmente inverosímil— entre unos borrachos a propósito de la naturaleza de la inteligencia. La conclusión de los personajes es que «la naturaleza nace de la degeneración de los instintos». O el precioso La perversión de Lontananza, de fuerte contenido onírico. El eremita de Serra Negra es un texto esencialmente nihilista y devastador, que debe mucho a la escritura de Nietzsche. El texto más largo, El peregrino, es una hermosa historia iniciática de influencia rosacruz con un aire a algún relato de Hermann Hesse —aunque con el estilo genuinamente de Pessoa, naturalmente— sobre un muchacho que abandona su hogar familiar siguiendo la consigna «No mires el Camino: síguelo hasta el final». Los últimos cuentos, que son los más breves, son un despliegue de paradoja e ironía a partes iguales.

A pesar de que estos cuentos son piezas inacabadas y no del todo desarrolladas en su argumento, El mendigo y otros cuentos es un volumen inexcusable para la creciente secta de los pessonianos. Señalar también la impecable traducción de Roser Vilagrassa y la preciosa cubierta que reproduce un cuadro del pintor alemán Walter Ophey.

CONTENIDO: El mendigo, En un bar de Londres, El eremita de Serra Negra, La perversión de Lontananza, El peregrino, Memorias de un ladrón, Alegaciones finales, Empresa Suministradora de Mitos, S. L., El filatelista, Maridos, El gramófono, El papagayo.

Puntuación: 4 (de 5)
Acantilado (2019)
Colección: Narrativa del Acantilado, 315
Traducción: Roser Vilagrassa | Introducción: Ana María Freitas
112 págs.

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Este volumen reúne doce relatos que brindan al lector la oportunidad de descubrir otra faceta del vasto y cambiante universo narrativo de Fernando Pessoa. Estos cuentos, ora paradójicos, cuando las situaciones presentadas desafían el sentido común, ora incluso cercanos a la fábula, cuando concluyen con una moraleja, o filosóficos, cuando plantean diálogos con enigmáticos maestros que asumen distintos rostros de un cuento a otro (el mendigo, el eremita, el borracho), enigmas impenetrables, hipótesis metafísicas o temas de la tradición esotérica. Con ellos Pessoa nos invita a realizar un viaje iniciático a una dimensión distinta, sorprendente incluso para los lectores más familiarizados con la obra del escritor lisboeta. (Sinopsis de la editorial)

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Fernando Pessoa (1888-1935), poeta y ensayista, se ha convertido, con una obra tan heterodoxa como extensa, en una de las cimas literarias de todos los tiempos. Publicó en vida poemas y ensayos literarios en diferentes revistas de vanguardia, y pasó sus días anónimamente como traductor de cartas para distintas empresas de Lisboa. En Acantilado han aparecido Libro del desasosiego (2002, nueva edición ampliada en 2013), Crítica: ensayos, artículos y entrevistas (2003), La hora del diablo (2003), La educación del estoico (2005), El regreso de los dioses (2006), Escritos sobre genio y locura (2013) y Quaresma, descifrador (2014).

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