Tengo la suerte de tener entre mis manos uno de los 5000 ejemplados numerados de esta edición conmemorativa realizada por Cartem Cómics para celebrar el cuarenta aniversario de la publicación de la versión gráfica de Drácula a cargo del pintor barcelonés Fernando Fernández, un autor absolutamente esencial en la renovación y la dignificación artística de la historieta y la novela gráfica en España. Se grata de una lujosa edición en álbum de gran formato (36 x 26 cm.) que permite disfrutar de manera inmejorable de la calidad de sus láminas restauradas. También se incluyen como apéndice seis bocetos inéditos realizados a lápiz encontrados recientemente en los archivos familiares de Fernández.
La primera entrega de Drácula ve la luz en el número 36 (junio) en la revista Creepy (versión española de la cabecera de Warren editada por Toutain Editor y centrada en las historias de terror) en 1982, obteniendo de inmediato un gran éxito de público y crítica, lo que lleva a ser editado también en países tan importantes como Estados Unidos, Italia, Francia y Alemania. Son dibujos pintados al óleo sobre papel —hecho bastante particular—, técnica que permite trasladar la intensidad de toda la paleta de colores y que dota de una calidad y expresividad inmejorable. (Esta edición especial se ha realizado, a excepción de cuatro páginas perdidas, a partir de los óleos originales felizmente conservados por la familia del artista).
Nada original se puede comentar sobre Drácula (1897) de Bram Stoker, obra cumbre de la literatura de terror —para el escritor y crítico Luis Alberto de Cuenca es una de las mejores novelas y de técnica más perfecta de la literatura universal—, revitalizadora del mito eterno del vampiro o no muerto y creadora de unos de los personajes más atractivos y representados de la literatura. Además de realizar un completo proceso de documentación sobre la época (vestuario, decoración, carruajes, arquitectura, etc.), en esta ocasión, y en contra de lo usual, fue el propio Fernández el encargado de adaptar la obra original y escribir el guion (recibió un premio al mejor guion). Lógicamente, resumir una novela tan amplia como es el Drácula de Bram Stoker —476 páginas en edición que yo tengo— en apenas noventa páginas no es tarea fácil e implica que un buen número de escenas novelísticas quedan fuera de la versión ilustrada; pero en términos generales, el trabajo de síntesis de Fernando Fernández es impecable, ya que en ningún momento se pierde la intensidad y la intriga de la historia. (No sé si Francis Ford Coppola conocía la versión de Fernández —es probable que sí— pero la similitud estética con algunas escenas de su película de 1992 es asombrosa).
Como se puede apreciar desde la primera página, la calidad de los dibujos es tal que cualquier viñeta podría ser la lámina de un libro ilustrado o la imagen de cubierta de una revista o libro. Como indica Daniel Díez, director editorial de Cartem: «Cada viñeta es un espectáculo y todas juntas son como un pequeño museo en forma de libro». No se escamotean las imágenes sangrientas y las del sutil erotismo que suelen ir de la mano. Las ambientaciones son oscuras, opresivas; los colores, crepusculares y parduzcos; el uso de las sombras, la composición, el sentido de la línea y la teatralidad general, magistrales. Como dato curioso, anotar que al parecer Fernando Fernández se inspiró para la figura del siniestro conde transilvano en la imagen caracterizada de un amigo suyo; Drácula es imaginado por nuestro artista con bigote y cabello largo y cano, algo bastante alejado de los estereotipos de Hollywood.
«Lean estas páginas sombrías y llenas de colorido y luego reléanlas —escribió Maurice Horn en el prólogo de la edición de 1984—. Les parecerán incluso mejores que la primera vez. No conozco un mejor elogio».
Pocas veces tengo la ocasión de hacer una recomendación más merecida como la de este fastuoso álbum de Fernando Fernández, una auténtica joya bibliográfica al alcance de todos los buenos aficionados. Si pueden, no dejen escapar esta oportunidad única.
Puntuación: 5 (de 5)
CARTEM CÓMICS (2021)
Presentación: Marcel Miralles | Epílogo: Héctor Fernández
104 págs.
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En palabras del propio autor “En Drácula, además de ceñirme escrupulosamente al texto de la novela quise, en la resolución plástica, ser también fiel al ambiente de la época, reflejado en un tipo de pintura próximo a los imperantes a finales del siglo XIX. Las planchas tienen una composición bastante regular, aunque siguiendo una característica de mi estilo, son variadas buscando además del equilibrio el máximo potencial expresivo. La resolución técnica es durante toda la obra de óleo sobre papel”. (Sinopsis de la editorial)
Fernando Fernández Sánchez (Barcelona, 1940 – Barcelona, 2010) fue un historietista, ilustrador, portadista y pintor español. En el primero de estos campos, su estilo gráfico también se acercaba al de la ilustración rehuyendo, por lo general, cualquier matiz caricaturesco. Participó, junto con otros autores de su misma generación, en la renovación del cómic español entre la década de los 60 y los 80.
Desde 1970 a 1973, publica una tira cómica diaria en el Diario de Barcelona titulada La Mosca. A continuación, publicó trece historietas con guion propio y sin argumento común, pero que comparten una visión fantástica de la realidad cotidiana. Destaca Una Mañana Maravillosa y La Fiesta. Fueron publicadas primero en Estados Unidos, apareciendo once de ellas en Vampirella (aunque no aparecía el personaje femenino que daba nombre a la revista y todas ellas en blanco y negro) entre 1973 y 1975, y otra tardíamente en Eerie, revistas ambas de la editorial Warren Publishing. Posteriormente al estreno americano de la serie, también se publicaron en España y el resto de Europa. Desde comienzos de esta década, sigue colaborando como ilustrador de portadas para editoriales americanas como Dell, Bantam, Random House, New American Library o Mc Millan. Otras obras de esta década son L’Uomo di Cuba (Cuba 1898) para la italiana Cepim (la actual Sergio Bonelli Editore) en su serie Un uomo un’avventura, más una colección de cinco libros didácticos juveniles, Ciencia y Aventura, publicada tanto en España por Afha como en el extranjero. Más adelante, Fernando Fernández publica, en Italia y con un imaginativo enfoque de montaje, Cuba 1898, por la que recibe diversos premios. En 1978, crea la serie juvenil de ciencia-ficción Génesis y al año siguiente, la serie fantástica Círculos donde jugó con diversas técnicas. Es a finales de esta década cuando, ya famoso y cotizado, crea, junto con el guionista Nicola Cuti, el lujoso serial de ficción científica Zora y los Hibernautas, que en España fue publicada en la revista 1984 entre 1980 y 1982.
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