Karl May fue un escritor menor pero de un extraordinario éxito (esto suele suceder con frecuencia), creador de algunas de las sagas más importantes de la literaturas de aventuras, como la de Old Shatterhand y su amigo apache Winnetou, ambientadas en el Oeste americano, o la de Kara Ben Nemsi y su criado musulmán Halef Omar que transcurren en el norte de África y el Oriente Próximo. Por una extraña conjunción astral numerosas editoriales españolas se han lanzado estos últimos meses a la reedición de varias de las series del escritor alemán, que se encontraba bastante olvidado desde hacía décadas. La editorial Espuela de Plata está rescatando en una primorosa edición la serie de Old Shatterhand y Winnetou, quizás las obras más famosas de May, y llevadas la gran pantalla en numerosas ocasiones.
El instinto de conservación vino en aquel instante en mi ayuda; con desesperado esfuerzo de mis músculos logré desviar un poco a mi caballo, que en un salto prodigioso pasó por encima del bisonte, cuyos cuernos rozaron mis piernas y fuimos a parar al centro de la charca en donde poco antes se revolcaba la fiera. Yo saqué a tiempo los pies de los estribos y me tuve por afortunado, pues el caballo resbaló en el loso y él y yo caímos (…) Reaccionó el bisonte y dando terribles saltos se dirigió contra el caballo que había salido de la charca y emprendía desenfrenada carrera valle arriba. Esto me salvó porque la fiera me ofreció el costado y yo pude apuntarle y disparar.
En el lejano Oeste americano May situó a varios personajes a los que agrupó bajo el nombre de westmen (hombres del Oeste). Old Shatterhand es el más arquetípico de ellos y el alter ego indisimulado del autor. May disfrazaba los elementos autobiográficos, escogiendo escenarios exóticos, y descubre a los lectores un amplio espectro de necesidades y deseos, ofreciéndoles elementos fantásticos y aspectos realistas, posibilidades de afirmarse y de huir de la realidad, estímulos religiosos, pacifistas, nacionalistas y una visión romántica de la naturaleza. Como muchos protagonistas de esta literatura popular (incluidos los posteriores del pulp y el comic), Old Shatterhand es el clásico personaje algo esteriotipado de puro perfecto e intachable; más interesante y complejo resulta Winnetou, deudor del personaje de El último mohicano de Cooper, hermano de sangre de Old Shatterhand y dotado de una gran dignidad y modestia, que servirá de contrapeso a Old Shatterhand, con el que compartirá muchas aventuras. Así que no esperemos encontrar grandes profundidades psicológicas ni dilemas existenciales en los protagonistas (por suerte para el lector). Lo que encontraremos es clara y adictiva narratividad, y según palabras de Fernando Savater, un confeso lector de May, “El lector de Karl May se encuentra en la estupenda disposición del perfecto aficionado literario a la aventura: saber que en cada página va a pasar algo y que ese algo puede ser cualquier cosa”. También hay que admitir que Karl May se encuentra a años luz de grandes autores de literatura de aventuras como Jack London o Stevenson, e incluso del mejor Julio Verne, pero aun así, estas obras se leen con gran placer e interés y proporcionan unas horas de balsámico entretenimiento.
En definitiva, El cazador de las llanuras y El hacha de guerra es literatura de aventuras en estado puro, paisajes sobrecogedores, peligros sin fin, personajes duros… Una lectura para huir de la aplastante y tozuda realidad. Recomendable.
Puntuación: 4 (de 5)
Espuela de Plata (2017)
Colección: Clásicos y Modernos, 37 y 38
Traducción: Alejandro Gago
192 y 180 págs
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Pertenece a la serie de Winnetou en la que se reúnen las aventuras de Old Shatterhand y su amigo Winnetou, joven jefe de una tribu apache, es uno de los más logrados clásicos del género y la obra más reeditada y memorable de todas las que salieron de las manos de Karl May. Quien se asome a estas páginas generosamente llenas de emoción y de intriga, de humor y de aventura, no podrá permanecer indiferente ni abandonar sin más ni más su lectura. Es solo un aviso. (Sinopsis de la editorial)
Karl May (Ernstthal, 1842 – Dresde, 1912) es uno de los autores más leídos en Alemania. En 1861 consiguió el título de maestro, pero ejerció poco tiempo la profesión. Acusado de robo fue encarcelado y se le prohibió seguir impartiendo clases. La prisión le ayudó a descubrir la capacidad redentora de la escritura y en 1875 comenzó a colaborar en periódicos y revistas. Sus novelas de aventuras siguen siendo reeditadas en su país y en gran parte del mundo y han sido llevadas al cine y a la televisión. Destacan entre ellas dos sagas, la del Oeste americano y la ambientada en Oriente.
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